En pleno corazón de la Axarquía podemos encontrar y disfrutar de esta
pequeña joya malagueña: "Los Tajos del Sabar", al que algunos llaman los
Dolomitas del Sur por su elevado perfil de crestas puntiagudas.
Están situados en un enclave de singular belleza, rodeados por algunos pequeños pueblos que aún conservan el encanto de lo sencilo, como Alfarnate, Alfarnatejo o Riogordo.
En las fotos que siguen se pueden ver diferentes ángulos y perspectivas que forman estos tres Tajos: el coloso Gómer, el Tajo de Doña Ana y El Fraile, que con sus 1.230 metros, es el más alto de los tres, y el que nos marcamos como objetivo en esta ocasión.
Vista desde el Sureste. A la izquierda el Gómer, a la derecha el Doña Ana, y en medio, al fondo, asoma el Fraile.
Panorámica desde el Este. En el centro de la imagen el Fraile, (ahora se aprecia que es el más alto), tapando al Doña Ana, y a la derecha el Gómer.
Vistas desde el Sureste con un poco de zoom. De izquierda a derecha: Fraile, Doña Ana y Gómer.
Vistas desde el norte.
Acercándonos por un carril.
Primeras rampas de subida.
Tenemos que seguir por esta preciosa cañada.
Se puede apreciar una de las paredes de la cañada y la enorme pendiente. Abajo queda el pueblo de Alfarnatejo. Evidentemente las vistas mejoran mientras ganamos altura.
El Chamizo al fondo, siempre presente.
Están situados en un enclave de singular belleza, rodeados por algunos pequeños pueblos que aún conservan el encanto de lo sencilo, como Alfarnate, Alfarnatejo o Riogordo.
En las fotos que siguen se pueden ver diferentes ángulos y perspectivas que forman estos tres Tajos: el coloso Gómer, el Tajo de Doña Ana y El Fraile, que con sus 1.230 metros, es el más alto de los tres, y el que nos marcamos como objetivo en esta ocasión.
Vista desde el Sureste. A la izquierda el Gómer, a la derecha el Doña Ana, y en medio, al fondo, asoma el Fraile.
Panorámica desde el Este. En el centro de la imagen el Fraile, (ahora se aprecia que es el más alto), tapando al Doña Ana, y a la derecha el Gómer.
Vistas desde el Sureste con un poco de zoom. De izquierda a derecha: Fraile, Doña Ana y Gómer.
Vistas desde el norte.
Acercándonos por un carril.
Primeras rampas de subida.
Tenemos que seguir por esta preciosa cañada.
Se puede apreciar una de las paredes de la cañada y la enorme pendiente. Abajo queda el pueblo de Alfarnatejo. Evidentemente las vistas mejoran mientras ganamos altura.
El Chamizo al fondo, siempre presente.
Nos acercamos a la base del Fraile y giramos a la izquierda, hacia un collado que da acceso a la cresta.
Nos desviamos un poco para ver el cortado hacia la vertiente sur, con el imponente Gómer delante.
Vamos llegando a la cresta y...
...nos paramos y contenemos la respiración; no nos esperábamos esta maravilla.
El terreno es muy abrupto, con mucho lapiaz y constantes subidas y bajadas. Al fondo puede verse Peña Negra.
El Gómer asoma a la izquierda de la cuerda.
Impresiona un poco esta última parte.
Los tramos finales son complicados, y hay que usar los pies y las manos para progresar.
¡Cuidado! Las caídas a ambos lados son peligrosas.
La cresta que acabábamos de pasar, una de las mejores que recuerdo. Al fondo se ve la mole de La Maroma.
¡Cumbre! Preciosas vistas desde la cima. Se puede ver toda la Sierra del Jobo, desde Peña Negra a la izquierda hasta el Chamizo.
Y después de disfrutar de la cumbre, tocaba bajar, con precaución...
...sin poder dejar de mirar atrás, hacia la rocosa cima del Fraile.
Varias imágenes de la cañada.
La Fuente del Conejo, lugar de inicio y fin de la ruta.
Y una vez en Alfarnatejo, -como colofón a un día inolvidable-, aprovechamos la ocasión para visitar el pueblo y tomarnos unas cervezas y unas tapas. La figura del Fraile domina toda la zona.
Nos desviamos un poco para ver el cortado hacia la vertiente sur, con el imponente Gómer delante.
Vamos llegando a la cresta y...
...nos paramos y contenemos la respiración; no nos esperábamos esta maravilla.
El terreno es muy abrupto, con mucho lapiaz y constantes subidas y bajadas. Al fondo puede verse Peña Negra.
El Gómer asoma a la izquierda de la cuerda.
Impresiona un poco esta última parte.
Los tramos finales son complicados, y hay que usar los pies y las manos para progresar.
¡Cuidado! Las caídas a ambos lados son peligrosas.
La cresta que acabábamos de pasar, una de las mejores que recuerdo. Al fondo se ve la mole de La Maroma.
¡Cumbre! Preciosas vistas desde la cima. Se puede ver toda la Sierra del Jobo, desde Peña Negra a la izquierda hasta el Chamizo.
Y después de disfrutar de la cumbre, tocaba bajar, con precaución...
...sin poder dejar de mirar atrás, hacia la rocosa cima del Fraile.
Varias imágenes de la cañada.
La Fuente del Conejo, lugar de inicio y fin de la ruta.
Y una vez en Alfarnatejo, -como colofón a un día inolvidable-, aprovechamos la ocasión para visitar el pueblo y tomarnos unas cervezas y unas tapas. La figura del Fraile domina toda la zona.
