viernes, 23 de marzo de 2012

Alto de Gómer

Después de la subida al Fraile hace unas semanas, nos aventuramos a hacer la segunda parte de la trilogía montañera "Por los Tajos del Sabar". Es una ruta, sin duda, difícil, dura y con una pendiente brutal que nos lleva a la cima de una montaña hermosa y altiva como ninguna; el Alto de Gómer —el Dolomita del Sur—. La ruta parte desde el carril que comunica Alfarnatejo con Riogordo,  y ya en los primeros tramos se divisa este coloso vertical que sobresale desde cualquier punto. Sólo con ver su increíble silueta se ponen los pelos como escarpias.

 
 A la derecha el Gómer, justo en frente del Fraile.



 Lo primero que nos pasa por la cabeza es ¡cómo diablos vamos a subir hasta allí arriba! Andamos con cierta tensión pensando en las dificultades que nos podríamos encontrar.





 Hasta que llegamos a la base

 
 

Los desnivles empiezan a ser bastante fuertes...



Pronto nos encontramos con las primeras trepadas sencillas...




... que al poco se convierten en auténticas escaladas de varios metros, en las que hay que utilizar todo el cuerpo, y en las que hay poner máxima atención.

 



Llegamos a un "falso llano", un collado con vistas a la otra vertiente.



Vemos un precioso valle y parte de lo que lo que llevamos subido con la Sierra del Jobo y el Chamizo detrás.



Tras el collado nos encontramos con el llamado Tobogán, un pasadizo peculiar,  con un cortado profundo a la derecha, por lo que hay que pasarlo con cuidado.



Mirando hacia atrás.



Al final del tobogán se aprecia una considerable pendiente...



...y tenemos que ir a veces apoyándonos con las manos.




Esa podría ser la cumbre, o quizás un poco detrás.



Después de lo que habíamos pasado, era evidente que el tramo final iba a ser muy exigente; una escalada continua con pasos complicados...




...parándonos para coger aire y estudiar los pasos a seguir...




...cotemplando el paisaje y lo que dejábamos atrás, para intentar liberar tensión...




...a veces había que retroceder para buscar un sitio menos complicado para trepar...



...hasta que después de este paso, llegamos a la cresta del Gómer.





Parte de la cresta con el Tajo de Doña Ana al final.



Y en poco tiempo nos ponemos en la ¡CUMBRE!.





Nos encontramos este aparato -seguramente un pluviómetro-: el Fraile al fondo.



Hay buenas vistas desde la cima: al fondo la Maroma y el pantano de La Viñuela



El Fraile desde el Gómer...



Había mucho que celebrar.




Varias instantáneas de la bajada, con derrape incluido, y mucha, mucha precaución.







Finalmente, foto del grupo con el coloso detrás, con una gran satisfación porque el esfuerzo merece la pena y porque es una jornada para no olvidar.